miércoles, 14 de mayo de 2008

Javier González Cárdenas

(Tijuana, 1973) es licenciado en Comunicación y egresado de la licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana por la Universidad Autónoma de Baja California. Ha colaborado en Diario 29, Yubai, Sube y Baja, Lumbre, Bitácora, Tierra Adentro y Letras Libres. Colaboró también en el diario El Mexicano en el suplemento cultural Identidad y en el área de reportajes especiales.

Obtuvo el primero y tercer lugares, en los géneros de cuento y poesía respectivamente, en el Primer Concurso Literario del Noroeste en 1995. En 1996 obtuvo el primer lugar en el género de novela con la obra Esto es lo que pienso de ti, en el I Concurso Literario del Noroeste Abigael Bohórquez.

Otros de sus textos narrativos y poéticos se encuentran en las antologías Al margen reversible, Invocación al mar y otros poemas, 13 poemas y ¿El crimen como una de las bellas artes? Tomo II.

Ha sido becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes en las disciplinas de Letras (1998) y Cine y Video (2003). En el 2005 obtuvo el Premio Nacional de Cuento Fantástico y de Ciencia Ficción, otorgado por el Gobierno del Estado de Puebla. Ha escrito y dirigido varios cortometrajes y poemas audiovisuales entre los que destacan Sentadillas completas; La estrilosa y Corazones postapocalípticos. Ficciones de carne y hueso es su primer libro de cuentos.



Autobiografía

Javier González Cárdenas es ciudadano del mundo desde 1973. Es originario de Ámsterdam, Oslo, Vancouver, Toledo, Middlesex, Tijuana, Uagadúgu y Cacahuamilpa. Actualmente radica en una choza junto al lago “Titicaca”, llamado así por el estilo escatológico que permea la arquitectura de cierta ciudad fronteriza. Se trata en realidad de un charco más o menos amplio, producto de las fallas del sistema pluvial y, por supuesto, del ingenio y habilidad de los gobiernos municipales que la ciudad ha padecido. Se ha dedicado a cazar incautos, noticias sanguinolentas, zumbidos de bala, uno que otro gemido y algunos destellos alegres, roídos por el misterio. No cree en los horóscopos, pero sí en las galletas chinas, la lectura del café, el Tarot y las sesiones espiritistas de Madame Tébbe Lakára. Tuvo su primera experiencia sexual con una damita de siete años, cuando él apenas tenía seis. (Pasaba por un periodo silenciosamente precoz y no opuso resistencia).

Católico por conveniencia y ateo por convicción. Durante su adolescencia se desempeñó como vendedor de pomadas para reumáticos y métodos para aprender inglés, redactor de epitafios y poemas domésticos por encargo, promotor de chiles y picantes fuera de su frasco (ofrecimientos inmorales), semideportista, creador de concursos paradigmáticos, forjador de cigarros cómicos, señuelo para favorecer cruces ilegales, catador de chicles, necrófago, intérprete de las cartografías del alma a través de la lectura de radiografías, consolador de viudas y ninguno de los anteriores. Dada su naturaleza espuria y voluble ha sobrevivido también como escritor de recetas de cocina, publicista de lencería, defensor de causas perdidas, remedo de empresario, cineasta de clóset, punk nocturno, consejero espiritual de almas perdidas, agiotista de tugurios, inventor de salidas fáciles y anfitrión de celebraciones extemporáneas.

En 1995 fue expulsado del Barrio Logan por ser demasiado blando frente a las ordenanzas del crimen y fue miembro del HAP (Homeless Altamira Punks) durante una semana.

Actualmente forma parte del Club PEDOSECO (Perversos, Domadores Sexuales y Conexos), donde ha compartido la cátedra Alfred Kinsey de Sexo Supracontemporáneo con prestigiados perverso-sexólogos como Chiquito Rinconero (o Rinconero Chiquito), Hermano de Leche, Velvet Insides (entrañas aterciopeladas), Cuyito Perverso, Múltiple Swinger, Dominatrix 69, Soft Hummer (gemidora suave), la Bala Humana, Chaparrito con Suerte, Vaquera Montaraz y la Enana Barbuda.

Sus panegiristas afirman que su obra es “una llamarada de petate”, “un capricho aristocrático”, “una fascinante colección de lugares comunes”, “una irrefutable manifestación de ocio mal encaminado” y (la más ingeniosa) “un antojito o producto de la lactancia literaria de un escritor embarazado” (a partir de los doce años desarrolló un problema de obesidad crónica con hinchazón de las glándulas mamarias).

Planea descubrir el hilo negro de la literatura para tejer chambritas poéticas y narrativas que le reditúen amigos, drugos, hijos, nietos, hermanos y otros familiares sin necesidad de cogerse a nadie ni sacudir el árbol genealógico que suele dar –de manera insospechada- frutos inextricables.


Autor: Javier González Cárdenas. Texto extraído del libro de cuentos: Ficciones de carne y hueso, Ediciones Altanoche, 2007.




Primera edición

Lo encontró sobre un cesto de basura e intentó tomarlo pero su tacto no le respondía. Se conformó con una ojeada desde lejos. Tenía una vista saludable y vio palabras parecidas a las que pensaba. Intuyó acciones violentas y una repentina ausencia de pensamientos, sobre todo eso: la desesperación de alguien que de pronto se queda sin ideas. Notó la sangre en la primera frase, luego el disparo y el resto estaba escondido en su inconsciente. La nota roja anunciaba su muerte, pero nunca estuvo seguro. No podía sacar la cartera para comparar el nombre de la víctima con el que constaba en su identificación. Se sabe que el limbo siempre resulta más cómodo para un fantasma sin memoria. Se sabe, también, que un disparo en el cráneo puede provocar la amnesia de un fantasma.

Javier González Cárdenas.
Del libro Ficciones de carne y hueso (Ediciones Altanoche, 2007).











Notas para alargar un después


Lo que sigue es lo que viene. Lo que estamos a punto de presenciar es la continuidad de lo que se manifiesta posteriormente, luegamente. Veremos ahora lo que sigue a continuación, lo que viene después de algo, lo que aterriza en un allende definitivo y vago, lo que baila y se desliza en el plus ultra del tiempo, en el más allá del presente, en el más allá de lo que sigue aquí para ser suplantado por lo postrero, por aquello que parece póstumo, eso que se adelanta inmediatamente a cualquier hecho y no se manifiesta sino hasta que llega su turno, en un después o un enseguida o un luego atribulado y moroso, aguardando como siempre lo que sigue: la aparición del aspaviento futuro, la sucesión de lo que temporalmente existe y nunca permanece, ese luego que nos prepara para la espera y la esperanza, ese más tarde que será el ahora o el nunca en la sucia manifestación de lo que viene, de lo que aparece luego e inmediatamente después de cada uno de nosotros.

Lo que estamos a punto de presenciar es la continuidad del final, ese después inevitable, esa postrera fase donde lo sucio se planta para enmarañar la pureza del ahora, esa templanza inútil que inventa lo que viene luego, lo que se afinca en la dureza de lo irremediable, lo que trasvasa futuras añoranzas, destinos prolongados, extendidos hacia el proscenio de la estirpe, hacia la canonización de ese gesto teatral que pulula en nuestra frivolidad, en el fragor temporal de un nosotros multiplicado y vasto, en un ahora a donde hemos caído sin remedio, en ese ahora en que nos vemos lejos y nos encontramos, vacuos e impertérritos, para presenciarnos en un mañana difuminado, para engañarnos a cada momento, incluso en alguna ocasión sucesoria, para multiplicarnos en la memoria colectiva, para levantarnos de las tumbas del ayer y seguir la senda hacia la agonía y el nacimiento del placer del instante, para rehacernos y afirmarnos, repetidos en el escenario posterior del todo, en las secuencias infinitas del mañana, en ese después que decide alargarse para no matarnos tan pronto, tan más tarde, tan mañana.

Javier González Cárdenas
Poema inédito


Más sobre el autor en: http://verdelejos.blogspot.com/

sobre su obra, ediciones altanoche: http://altanoche.blogspot.com/2007/11/ficciones-de-carne-y-hueso.html



No hay comentarios: