miércoles, 14 de mayo de 2008

Sala Anguiano



José Raúl Anguiano fue un pintor, muralista y grabador nacido el 26 de febrero de 1915 en la ciudad de Guadalajara, murió el 13 de enero de 2006 en la Ciudad de México. Fue fundador en 1938 del Taller de la Gráfica Popular al lado de Leopoldo Méndez, Alfredo Zalce y Pablo O'Higgins, donde principalmente realizó grabados y litografías con la idea básica de solidaridad con los trabajadores y campesinos. El mismo año, presentó su primera exhibición individual en el Palacio de Bellas Artes.

En 1941, fue a los Estados Unidos donde estudió y enseñó pintura. Fue fundador del Salón de la Plástica Mexicana.

En esa institución ejerció la docencia, al igual que en la Escuela de Pintura y Escultura "La Esmeralda" y en la Universidad Nacional Autónoma de México. Anguiano perteneció a la segunda generación de muralistas, integrada también por Jorge González Camarena y Juan O'Gorman, entre otros. Formó parte de la primera expedición a Bonampak.

Maestro de artistas plásticos como Vicente Rojo, José Hernández Delgadillo, Fanny Rabel y Enrique Echeverría, entre otros.

Raúl Anguiano enfocó su obra en el México rural e indígena, sus fiestas, tradiciones y religión. Raúl pintó los paisajes, los habitantes, los campesinos y peones de los ranchos, en pocas palabras, México. Por su continuo viajar, también pintó varios países, le gustaba también dibujar mujeres desnudas.

Su primer maestro formal fue Juan “Ixca” Farías —“Ixca” era su seudónimo, que en náhuatl significa alfarero—. Él le enseñaba junto a sus compañeros de clase estampas de Miguel Ángel, de Rafael Sanzio, del taller de Bartolomé Esteban Murillo y de Luca Giordano. De niño, fue influenciado por fotografías de los murales de los denominados tres grandes, gracias a las revistas que llegaban a Guadalajara. Cuando salíó de su tierra natal, Orozco aún no pintaba sus obras murales ahí.

Durante varios años vivió en la Colonia Roma de la ciudad de México, donde pintaba la cotidianidad de la urbe y su gente.

Gran retratista, su obra refleja un carácter realista. Su ideología era ecléctica, no pensaba en que esta pudiera influir en movimientos políticos.

De forma innata se inclinó por una construcción geométrica rigurosa, reforzada por su estudio del gran pintor francés Paul Cézanne. La estructura geométrica y sólida es patente en toda su obra plástica. Un estilo claro, sencillo y vigoroso, basado en el neoclasicismo, que fue lo primero que vio en la casa de Prisciliana, su abuela paterna. Él consideraba el dibujo como la base de todas artes.

Anguiano fue premiado por su trabajo en Los Ángeles, México y hasta recibió la condecoración en la categoría de Commendatore de Italia. Algunas de las obras del reconocido artista integran colecciones en Estados Unidos, Bélgica, Polonia, China, Suecia, Francia, Argentina, Italia y México.

Merecedor del Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2000, Anguiano obtuvo en 1954 la primera distinción de Invierno del Salón de la Plástica Mexicana, y en 1956 el Congreso de Jalisco le impuso la Condecoración José Clemente Orozco. Otros reconocimientos son la Medalla de Oro del Salón Panamericana de Porto Alegre, Brasil (1958); la condecoración de la República Italiana en grado de comendador (1977) y el Premio Jalisco, en 1988. Desde 1993 fue parte del Sistema Nacional de Creadores.

Integrante de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), la obra de Anguiano forma parte de reconocidas colecciones nacionales y extranjeras en la ciudades de México, Nueva York, San Francisco, Bruselas, así como en Polonia, China, Suecia, Francia, Argentina e Italia.

Ejemplos de su trabajo muralístico pueden apreciarse en la Cámara Nacional de Comercio de la ciudad de México, en el Museo Nacional de Antropología e Historia, en la Secretaría de Relaciones Exteriores y en la Procuraduría General de la República, entre otros espacios.

Autor de "La Espina", considerada su obra cumbre, la cual ilustró durante muchos años los libros de texto gratuitos en escuelas de educación básica.

Su quehacer como ilustrador incluye libros como "Expedición a Bonampak. Diario de un viaje" (1959) y "Mawarirra. Un viaje al mundo mágico de los huicholes" (1972).
Entre los trabajos que el pintor, grabador y muralista dejó inconclusos se encuentran un mural en el Instituto Politécnico Nacional, en Zacatenco, sobre la historia de la institución, así como la restauración de la escuela Revolución, en el centro de la capital de la República.

Antes de morir se preparaba para realizar un mural en el campus principal del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

El texto, prologado por Villa Rivera, se divide en los capítulos "Creta", "El rapto de Europa" y "Tauromaquia", donde se observan reproducciones de las obras relativas al arte taurino. Las fotografías que lo ilustran fueron realizadas por Francisco Coche y Héctor García, entre otros.
En "Sentir y ver los toros", Raúl Anguiano rememoró cuando fue a su primera corrida y la creación de sus primeros dibujos de sus héroes, Rodolfo Gaona, Paola Negri y Tom Mix."Para un pintor, el toreo como tema es como la ópera, demasiado movimiento, demasiada teatralidad y demasiado drama para todavía meterle color", escribió Anguiano.
Una de las más notables colaboraciones en el texto y la exposición es la de su viuda, Brigita Anguiano, quien deja asentado: "En los últimos años de su vida, el toreo resurge no solamente en su obra gráfica, sino también en la cerámica que se muestra en el catálogo sobre esta obra que deseo compartir con el pueblo de México".
Con respecto a los cuadros, fueron hechos en diversas técnicas como óleo, acuarela, lápiz, esmaltes, monotipos, punta seca, aguafuerte y linóleo, donde se exhiben diversas interpretaciones del mundo taurino, desde imágenes de toros, toreros, así como multitudes expectantes al término de la fiesta brava.

No hay comentarios: